jueves, 21 de mayo de 2009

L.M. Sombras en las Olas...

-------Los Muertos--------

6.- Sombras en las Olas…


Las estrellas de la noche anterior aun no se borraban de la memoria de Fausto mientras caminaba descalzo sobre la arena incandescente en una media tarde bastante calurosa incluso para un hombre de playa como el, sus manos tenían un ligero temblor acumulado a lo largo de años de trabajo manual, era grandes, fuertes y llenas de cicatrices, la excursiones submarinas suelen dejar esas características en las manos, sus guantes colgaban de un costado de su pantaloneta descolorida. Su avanzar era constante y rítmico, su piel duramente afectada por el viento y el sol, gruesa y reseca a duras penas deja pasar algo de sudor por sus poros.

Llegar al mar, arrastrar el pequeño bote con su hijo, lo haría hoy como lo hacia todos los días, el muchacho no podía tener mas de trece o catorce años, su piel ya era tan oscura, reseca y dura como al de su padre, sus manos ya estaban cubiertas de cicatrices y su mirada era la misma, fija y denotando mucha concentración en todo lo que se mueve, esos ojos amarillos y negros se movían recorriendo todo el panorama en pocos segundos; movieron su bote y sus pies tocaron el mar, debían salir a media tarde para poder llegar a una pequeña isla que permitía la inmersión poco profunda en busca de varios crustáceos, cuando el solo esta alto, se puede deslumbrar a los diminutos animalitos con un espejo pegado a una vara, logrando prácticamente que ellos salten hacia las redes.

No habían pasado ni siquiera segundos de cuando se hicieron a la mar, sus ojos se abrieron y por primera vez en muchos años los dos Faustos observaron con detenimiento un solo punto por varios segundos, a lo largo de toda la playa empezaron a ser arrastrados hacia la arena, cientos de cuerpos humanos, totalmente quemados por la sal y el sol, muchos de ellos ligeramente inflados, y mordisqueados en varios lugares, uno de ellos se arrastraba tierra adentro con lentitud mientras sus piernas colapsaban sobre si mismas, como si todos los huesos hubieran estado rotos, pero se movía, a pesar de su estado seguía moviéndose y sus mandíbula chocaba produciendo un chasquido conjunto entre todos un coro espeluznante, todo el cuerpo de Fausto padre se movió de manera violenta hacia el agua, como si algo lo hubiera arrastrado hasta ella sus mano aun se aferraba al bote, su hijo no podía levantarlo, era como si pesara cuatro o cinco veces mas de lo normal, el lo había ayudado a subir varias veces en el pasado, pero en esta ocasión solo vio su brazo agitarse con violencia mientras se hundía en el agua no muy profunda, y cientos de burbujas reventaban en la superficie rojiza del agua.

Sentado en el pequeño bote, vio como el motor se atascaba y sacaba trozos de ropa y carne del agua, varias manos se colocaron poco a poco en los costados del bote sacudiéndolo con insistencia, el niño tomo un pesado remo y empezó a azotarlo contra las manos que se aferraban con fuerza, no podía creer aun lo que pasaba, en cuestión de segundos su padre se había perdido en el mar y decenas de manos intentaban arrastrarlo a el hacia el fondo, sus brazos se cansaron con rapidez, pero a pesar del dolor insistía en blandir el remo con fiereza. Cuando su cuerpo perdió el balance y el peso del remo sumado al movimiento del bote hicieron que caiga al agua, sintió como lo tomaban del tobillo y lo arrastraban hacia el fondo arenoso y sus pulmones se llagaban de agua, mientras los rostros destrozados de personas que nunca había visto se volcaban hacia el rasgando su carne…

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