jueves, 7 de mayo de 2009

La Caminata... (Risas en el Infierno)

4 Risas en el Infierno...

No podía seguir disimulándolo, habían pasado tres horas desde la mordida y mi padre no dejaba de caminar de un lugar a otro, su pierna tenia días molestándole, esa maldita cojera carcomía su movilidad y eso me preocupaba demasiado, no había visto a mi madre desde hace varios minutos, -tranquilo roedor, pod…emos ma manejar esto, no es unaa heerida muy profunda y no no no podemos estar seguros de que las mordididas provoquen todo esto…- la voz de mi hermano temblaba con violencia al igual que sus manos.

La sutura era lenta, y dolía por episodios, con cada movimiento brusco de las manos de mi hermano, sabia que esto no podía terminar bien, la fiebre había empezado a tornarse severa y casi de inmediato toda la zona cercana a la herida se volvía de un azul pálido que me hacia temblar…

-Deberían cortarle ese brazo… eso le hicieron a Mario verdad, el mismo dijo que lo hicieran, porque ahora no le arrancan a el su brazo podrido, ¿o qué? tenemos que esperar a que nos ¡Empiece a Matar! - el fuego en esos ojos preciosos y la disposición de las arrugas en su rostro denotando furia se quedaron grabados en mi memoria, no sabia que responderle, yo sabia lo que pasaría… ¿pero y si me equivocaba?... y si ahora era diferente, tenia que tomar una decisión y tenia que hacerlo pronto, la voz de mi hermano rompió mi meditación.

-¿Sientes esto rata?- lo dijo mirándome de manera inquisidora a los ojos.
-¿Qué cosa?- respondí ingenuamente, al voltear mi mirada, note como durante uno de los temblores de sus manos no pudo controlar la tijera con la que cortaba el hilo de sutura y había hecho un corte profundo por debajo de la herida original, del cual no brotaba sangre, ni producía el mas mínimo dolor…

-No voy a salir bien librado de esta, y ni siquiera se cuanto mas pueda resistir hasta volverme una amenaza así que escúchame y escúchame con atención- mi voz sonaba extraña, podía sentir la infección apoderándose de mi cuerpo de a poco, iniciando en el brazo y expandiéndose con velocidad, la sintomatología no había cambiado en lo absoluto desde hace varias horas, fiebre muy alta, mas de la que se puede soportar sin desmayarse, insensibilidad a prácticamente cualquier estimulo, digo prácticamente cualquier estimulo, puesto que apenas termine de decir esas palabras mi hermano me dio un fuerte golpe con la palma de la mano en el abdomen que pude sentir, la verdad sentir ese golpe y ver como la piel se tornaba roja y brillante alivio mucho mis miedos en ese momento, -dime lo que sea que quieras decir, pero no me salgas con idioteces como esa, tu sabes que tu cuerpo reacciona de manera diferente a muchas enfermedades, así que a menos de que me vengas ahora con que crees en dios y sus plagas de fin del mundo, esto no puede ser mas que una enfermedad y si es así, tu sistema inmunológico puede luchar contra ella, además de los antibióticos y el cuidado cariñoso de tu todo poderoso hermano- el y yo siempre tuvimos la costumbre de tratar la vida de la manera mas cómica posible, era un método de defensa que usábamos en común y la verdad funcionaba bastante bien.

-De todas formas, creo que lo mas seguro seria movernos de aquí, no sabes hasta cuando nos durara la comida, y por cuanto tiempo mas podremos usar el agua, esa cisterna cada día esta mas sucia, estoy mas que seguro que vi un par de ratas colándose en ella hace unos días, nuestra mejor apuesta seria movernos a la Sierra, las montañas, alguno de esos pueblos perdidos en la neblina, tu sabes menos población, menos muertos vivientes, y mientras mas difícil sea el acceso mas fácil será montar una defensa, quizá cultivar y esperar a que todo esto se termine y poder decir que sobrevivimos al final de los tiempos, me entiendes, ese debe ser nuestro siguiente paso, tenemos suficiente gasolina guardada para una semana en la carretera…podemos lograrlo- mientras hablaba note como los ojos de mi hermano se encendían nuevamente, recuperaban vivacidad, objetivo, no quisiera admitirlo pero se ahora que el guardaba la esperanzas, y eso lo mantendría vivo por mucho tiempo…

Por la tarde cuando empezó a ocultarse el sol, decidí que podía moverme, es decir no necesitaba verdadero reposo, porque no me sentía cansando, fue cuando empezamos a discutir, mi hermano y mi madre insistían en que debía quedarme en cama, -no sabemos como se podría comportar esto, podrías desmayarte o …- el silencio en la voz de mi hermano se me hizo incomodo, pero entendía a la perfección lo que intentaba decirme, como podrían tener a un posible caníbal rondando por todo la casa en todo momento, - lo mas seguro entonces seria que me inmovilicen de alguna forma, así evitaremos “accidentes”- , mi tono de voz se volvió ronco y agresivo, aunque no fuera mi intención.

Trajeron entonces un rollo de esa cinta gruesa de embalar y lo mejor los parlantes a pilas que habíamos guardado, puesto que no teníamos el adaptador para pared y debíamos guardar las baterías para las cosas mas importantes como linternas, etc.… pero en ese momento no pensé en nada de eso, solo agradecí el generoso gesto de mi hermano, -solo por unos minutos roedor, sabes que no podemos gastar las baterías, una para los parlantes otra pequeña para el reproductor mp3, escúchalo a bajo volumen mientras nosotros empacamos, les comente tu idea de movernos a las montañas y todos estuvieron de acuerdo en un par de días nos vamos roedor y tu vienes con nosotros- saco un largo pedazo de cinta del rollo con una sonrisa fingida en el rostro, el no quería hacerlo, no podía creer que el miedo le hubiera ganado y estaba a punto de amarrar a su hermanito menor para evitar que se los comiera a todos, - tranquilo, deja que ella lo haga- señale con la mirada a la menuda muchacha que miraba escondida tras el marco de la puerta.

-¿Podrás hacerlo?-
-Si…no soy ninguna idiota, que tan difícil puede ser sacar un pedazo de cinta y juntarle las manos y pies-
- Esta bien, Rata, si decides comerte a alguien pues…ya sabes el resto-

Mi hermano salio del cuarto mientras ella tomaba el pedazo de cinta con la punta de los dedos, y lo acercaba lentamente a mis manos, justo cuando puso un extremo de cinta en una mano, moví mi cabeza con violencia y un chasquido de mis dientes basto para hacerla retroceder varios metros y tropezarse con todo lo que se cruzo en su camino, con la mano en el pecho y un pequeño, casi inaudible gemido de susto, empecé a reír como no había reído en meses fuerte y desde el fondo de mi garganta, ella con lagrimas en los ojos… se acerco a mi y después de una cachetada vigorosa que prácticamente no sentí, empezó a reír conmigo, en ese momento necesitábamos algo que nos sacara de ese pequeño infierno y aparente mente mi broma sirvió para eso…

Mientras aun reíamos, el chirriar de unas llantas rompieron nuestra risa, duro un par de segundos luego vino un estruendo terrible, como una carga explosiva, no pude evitar salir del cuarto apresurado hacia la venta del cuarto principal que era nuestro nido de observación, fui poco a poco moviendo la mirada para intentar comprender lo que pasaba, mientras escuchaba los pasos de todos subiendo para poder ver que había pasado, el olor a gasolina y caucho quemado inundaba el ambiente, un rastro de unos siete metros mostraba el intento de frenado a una altísima velocidad, aparentemente intentaron frenar para evitar destruir la transmisión en uno de esos rompe velocidades en la calle, perdió el control y se estrello contra la casa vecina, una camioneta amplia doble cabina, el espectáculo era horrendo, la cercanía del accidente permitía ver con detalle a los pasajeros, el conductor había sido parcialmente decapitado por el fuerte movimiento y el volante y el respaldar del asiento, una mujer que iba en el asiento de pasajeros sostenía un bulto fuertemente entre los brazos que se me antojo fuera solo ropa y algo de valor, aunque una pequeña mancha de sangre delataba su verdadero contenido, su cabeza se había estrellado contra el vidrio y un largo pedazo de acero doblado de la puerta del garaje de la casa se incrustaba justo en su mejilla hasta salir por su nuca, no salíamos del asombro del macabro espectáculo, cuando por el otro lado un sonido familiar empezaba a crecer en intensidad, al inicio casi inaudible pero luego todos pudimos escuchar el murmullo, los gemidos… unos quince o veinte de esas cosas empezaron a aparecer por la curva donde empieza la calle, pero a cada segundo se agregaban mas y mas y no dejaban de salir en un parpadeo se transformaron en treinta o cuarenta, de seguro era de ellos que huían esas personas, ahora sabíamos lo que teníamos que hacer, no podíamos esperar un par de días, teníamos que salir hoy o estaríamos condenados.

1 comentario:

  1. Como podras sobrevivir sin comida y sin refugio, espero con ansias el siguiente capitulo

    ResponderEliminar